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El sistema legislador de Argentina tiene una forma de república democrática en la que existen dos cámaras diferentes, el Congreso y el Senado, compuestas cada una de ellas por los diputados nacionales y los senadores que han sido escogidos a través de sufragio. Cualquier persona puede presentarse para esos puestos, siempre que cumpla una serie de requisitos, como veremos a continuación. El sistema por el que se eligen a estos diputados y senadores se lleva a cabo por provincias y por capitales federales, buscando que el candidato tenga una mayor cercanía con las personas que van a votarle. Se escoge a un diputado nacional por cada 33.000 habitantes, o por una fracción que no baje de 16.500. Con esto se intenta asegurar la representación de todas las provincias, así como las capitales federales. El sistema utilizado se conoce como Ley D´Hont, y es el mismo que se usa en países como España, Japón, Finlandia o Uruguay.

Hacer carrera política en la Argentina no es sencillo, porque hay muy pocos puestos para estos senadores y congresistas y la mayoría de ellos son colocados en lo más alto de las listas de representación por sus partidos, aunque también se puede presentar cualquier persona de forma libre e independiente. Actualmente, hay 257 miembros en la Cámara de los Diputados Nacionales, pertenecientes a las 23 provincias y a la Ciudad de Buenos Aires, que funciona también de forma independiente, como capital federal. Como decíamos anteriormente, no solo vale con tener intención de presentarse al cargo. Los aspirantes a Diputado Nacional deben cumplir una serie de requisitos que aseguran, en cierto modo, el cumplimiento eficaz de su función si son elegidos.

Edad mínima para ser diputado nacional en Argentina

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Este requisito está presenta en la mayoría de países del mundo, incluso en democracias muy jóvenes, ya que la edad suele ser siempre un sinónimo de madurez y de poder atender a todo el trabajo que se requiere en un puesto representativo tan importante. En el caso de los diputados nacionales en Argentina, todos deben tener al menos 25 años, la edad mínima para poder salir elegidos en estos cargos. Acá se entiende que a esa edad, una persona ya puede estar en disposición de comenzar su carrera política y representar a sus conciudadanos como diputado en la cámara nacional. Normalmente suele dar tiempo a terminar los estudios universitarios y a prepararse bien para afrontar una tarea bien remunerada, pero ni mucho menos sencilla, sobre todo en épocas de tanta inestabilidad como esta.

Al menos cuatro años de ciudadanía argentina

Otro de los requisitos indispensables para poder presentarse como candidato a diputado nacional es poseer la ciudadanía argentina desde cuatro años antes, al menos. Argentina no prohíbe presentarse a extranjeros, y de hecho, ya ha habido algunos foráneos que han formado parte del Congreso. Sin embargo, todos ellos debían poseer la ciudadanía argentina, algo lógico por otra parte si quieren llegar a un puesto representativo en una de las cámaras de la nación. La nacionalidad se le entrega a cualquier extranjero que la solicite y que cumpla con determinados requisitos, como estar de forma legal en el país y aprobar un pequeño examen en el que se harán preguntas generales sobre la cultura y la historia de Argentina, algo muy parecido a lo que ocurre en casi todos los países del mundo.

Ni Eclesiástico regular ni gobernante provincial en ejercicio

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Como en muchas otras naciones, Argentina también prohíbe expresamente que un diputado nacional sea también gobernante en su provincia al mismo tiempo. Es una incompatibilidad básica de cargos, por la cual cualquier gobernante que haya pasado por su provincia debe renunciar a su puesto antes de presentarse como candidato a Diputado Nacional, o al menos, antes de ser elegido como tal. Llama la atención también la prohibición de pertenecer a cualquier orden religiosa regular, impidiendo así que los eclesiásticos regulares puedan presentarse y acaparar parte del poder. La separación de poderes está asegurada, al menos en ese sentido, para evitar que la influencia de la religión sea determinante en la Cámara de Diputados, al menos de manera directa.

Nacido en el distrito en el que se postule

Uno de los requisitos más interesantes que encontramos en la lista es el de haber nacido en el distrito al que se quiere representar, algo que no ocurre en otros países que tienen también un sistema parecido. En España, por ejemplo, basta con que el aspirante tenga residencia en aquella provincia para poder presentarse por la misma, lo que hace que muchos partidos coloquen a sus candidatos potentes en provincias con las que apenas tienen relación. En Argentina, lo que se busca es que ese candidato conozca bien el lugar al que va a representar, sepa de donde viene y tenga confianza con los posibles votantes, que también sean conocidos. Este es uno de los requisitos que mayor polémica desata, ya que en algunos lugares cuesta encontrar candidatos para ciertos partidos. Sin embargo, es una buena alternativa para hacer que el candidato esté en pleno conocimiento de la situación de su lugar de procedencia.

Un cargo incompatible con otros empleo

Por último, pero no menos importante, cualquier persona que haya sido elegida como cargo dentro de la Cámara de Diputados de la Nación Argentina y quiera ejercer dicho cargo, deberá dejar cualquier otro empleo o trabajo que tenga, incluyendo los de la administración público, salvo que la Cámara misma acepte una excepción. Esto se lleva a cabo para evitar precisamente la contaminación de las propias empresas privadas dentro del poder legislativo, cuidándose de no ser parte de esos lobbies que muchas veces parecen mandar más que los propios diputados. Da igual si estás de jefe en una empresa multinacional o eres sencillamente un profesor en la escuela de tu barrio. Ejercer como diputado nacional es algo exclusivo y mientras ostentas el cargo, no puedes emplearte en ninguna otra cosa.